El arte visual japonés es de lo más antiguo y refinado de todo Japón. Está dividido por géneros y estilos, que varían dependiendo del artista.
Los temas más tocados y significativos son la pintura religiosa budista, la pintura a tinta de paisajes, la calígrafa de ideógrafos y, finalmente, la pintura de animales y plantas. Muchas de las pinturas también representaban escenas de la vida cotidiana de los japoneses y narraciones que estaban llenas de figuras y detalles. El Kanji, sinogramas de la escritura japonesa, es bastante típico también y se encuentra en muchas de las obras japonesas. Estos se usan frecuentemente para expresar conceptos. Durante los siglos VI y VII, en Japón nació la pintura religiosa, conocida como el periodo de Nara. Esta fue usada para decorar templos de la antigua aristocracia. De esta época, sobrevivieron más esculturas y murales que no pinturas, y muchos de sus artistas eran anónimos ya que estas estaban relacionadas con la religión. En cambio, durante el periodo Heian (794- 1185), apareció la mandala. Las pinturas mandalas estaban caracterizadas por parecer grandes flores con decorados extravagantes, como son plantas o animales. Solían pintarse en murales o en papel de oro, donde destacaría en templos religiosos. A mediados de este mismo periodo, se inició el arte visual en las puertas correderas conocidas como fusuma y en los biombos plegables conocidos como byöbu. A finales de este periodo se empezaban a ver obras históricas. Después de estos dos periodos mencionados, se encontraba el E-maki donde destacaron las pinturas o fotos de mujeres y hombres. Estaban creados por diferentes estilos de pintura como son las pinceladas rápidas y descoordinadas. También, encontramos otro estilo más reciente que estos que se conocía como el Onna-e. Este arte consistía en pintar la vida en la corte y el romance cortesano. Sin embargo, existía otro muy parecido llamado Otoko-e que trataba principalmente sobre eventos semilegendarios y batallas. Más tarde, el periodo de Kamakura siguió estos muchos géneros, aunque en este tiempo también se caracterizó mucho mas la escultura que la pintura. Aunque estos eran los estilos más típicos y conocidos, luego también existió un periodo denominado Muromachi, que se caracterizó por la migración de la pintura con tinta de los monasterios Zen al mundo el arte generalmente. A raíz de este periodo, se desarrollaron otras muchas zonas del arte japonés y todas conocidas actualmente. Las casas japonesas tienden a estar decoradas con pinturas de la naturaleza, como es un árbol del cerezo. Esto es debido a que pretenden que cualquier invitado que entre en la casa se sienta acogido por la naturaleza. Si le gustaría saber más sobre las casas que mejor quedarían con pinturas japonesas visite nuestra página web en este enlace https://hjapon.com/dream-home-project
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