Bonsáis: la pieza clave del interiorismo japonés

Posteriormente, su plantación se desarrolló bajo el budismo Zen japonés durante varios cientos de años. China introdujo el arte de cultivar árboles en macetas a Japón. Sin embargo, muchas de las técnicas usadas hoy en día para su plantación y su cuidado se desarrollaron en el antiguo Japón.

Muchos os estaréis preguntando: ¿Qué forma tiene un Bonsái? ¿Cómo se puede mantener? pues bien, en el siguiente artículo se podrán responder estas preguntas.

Los Bonsáis están formados por un pequeño tronco rodeado de largas y diminutas raíces. A lo largo de su tallo ancho se puede observar diferentes ramas que salen, de las cuales crecen unas hojas suaves y de un color verde lima. Curiosamente, no son una especie de árbol muy pequeña ya que cualquier otro árbol se podría usar para formar un Bonsái en un jardín.

¿Cómo se consigue esto? La mayoría de los Bonsáis no superan una altura de un metro, con lo cual significa que las plantas de hojas pequeñas se adaptan mejor a la forma de estos árboles. Las plantas, diminutas, facilitan la existencia de un Bonsái si se les aplica la cantidad necesaria de abono y se mantiene una baja capacidad de nutrientes. Luego, estas pueden ser cultivadas en una pequeña maceta dando paso a los Bonsáis.

La clave para mantener con vida a un Bonsái en un jardín de casa es estar atentos a su follaje y a la humedad de la tierra. Cuando se empiece a notar que la tierra se seca, el Bonsái se debe regar. De esta forma se esquiva la posibilidad de un encharcamiento, ya que por falta de oxigenación tienden a morir. Se recomienda también mantener un Bonsái dónde reciba sol y aire, pero también lluvia y humedad a la noche (ej. Terraza, balcón o jardín).